30 agosto 2012

siempre enciende un incienso antes de que yo llegue a casa. al bajar del coche ya huelo a cada rincón de nuestro hogar. es fácil imaginarse como el humo se desliza por las estanterías mientras ando hacia la puerta. él probablemente esté sumido en un sueño. he llegado tarde y él estará. la mesa está puesta. se despierta.

- he hecho algo de cenar, pero yo no tengo hambre. come tú. voy a la cama. te espero allí-.
- voy contigo, amor-. 

y el día empieza a cobrar sentido.