07 febrero 2013

hoy vi al loco otra vez. digo otra vez porque suele pasear cerca de casa, digo loco porque así le llama el resto de gente. siempre va con su turbante colorido, sus sandalias marrones, los pantalones que le aprietan los gemelos, esa chaqueta naranja y su bastón metálico (con algo extraño en el extremo superior). poco cambia de un día para otro. tiene arrugas en la cara y grietas en las manos. hoy lo vi andar en paralelo a mi un corto trayecto. el paró para recoger algo del suelo. siempre lo hace, siempre se detiene para darle tiempo a lo que le rodea. me fascina. es capaz de convertir una luz, una silueta, una sombra en el suelo, un papel, un sucio en el camino en un tesoro, un tesoro que merece su tiempo. lo observa, lo toca, se me escapa lo que piensa o siente. eso es un ojalá.
hoy vi a cientos de cuerdos otra vez. digo otra vez porque están por todas partes, digo cuerdos porque así se llaman así mismos. es difícil diferenciar los unos a los otros. hoy los vi andar en paralelo a mi durante un largo trayecto. encontré miradas fijas hacia aparatos electrónicos y pasos constantes. no parecían encontrarse en la misma calle que yo, no despertaron nada en mi.
seguí caminando y  llegué a la conclusión de que si alguien me mira a lo largo de un camino en paralelo me gustaría que encontrase en mi a un loco.

 



No hay comentarios :

Publicar un comentario